lunes, 17 de febrero de 2014

LA RIQUEZA DEL LENGUAJE CASTELLANO

Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos, "COJONES". Presentamos aquí un sesudo estudio lingüístico sobre dicha palabra.
Con un numeral
Tiene significados distintos, según el número utilizado. Así:
·   Con "uno". Significa caro o costosos: “Valía un cojón”.
·   Con "dos". Significa valentía: “Tiene dos cojones”.
·   Con "tres". Significa desprecio: “Me importa tres cojones”.
·   Con "un número muy grande y par". Significa dificultad: “Lograrlo me costó mil pares de cojones”.
Con un verbo
Cambia el significado. Así:
·   Tener. Indica valentía: “Antonio es un tío que tiene cojones”.
·   En admiración. Puede significar sorpresa: “!Tiene cojones!”.
·   Poner expresa un reto, especialmente si se pone en ciertos lugares: “Puso los cojones encima de la mesa”.
·   Se utiliza para apostar: “... me corto los cojones”.
·   Para amenazar: “Te corto los cojones”.
El tiempo del verbo
Cambia el significado de la frase. Así:
·   El presente. Indica molestia o hastío: “Me toca los cojones”.
·   El reflexivo. Significa vagancia: “Se toca los cojones”.
·   El imperativo. Significa sorpresa: “!Tócate los cojones!”.
Con prefijos o sufijos
Modulan su significado. Así:
·   "A". Expresa miedo: “Acojonado”.
·   "Des". Significa cansancio: “Descojonado”.
·   "Azo". Se refiere a la indolencia o abulia: “Cojonazos”.
·   "Udo". Indica perfección: “Cojonudo”.
Con preposiciones
Matizan la expresión. Así:
·   "De". Significa éxito o cantidad: “Me salió de cojones”, “Hacía un frío de cojones”.
·   "Por". Expresa voluntariedad: “Lo haré por cojones”.
·   "Hasta". Expresa el límite del aguante: “Estoy hasta los cojones”.
·   "Con". Indica el valor: “Era un tío con cojones”.
·   "Sin". Expresa la cobardía: “Era un tío sin cojones”.
Colores, forma, tersura, tamaño, etc.
·   El color violeta expresa el frío: “Se me quedaron los cojones morados”.
·   La forma expresa valor o cansancio: “Tenía los cojones cuadrados”.
·   El desgaste implica experiencia: “Tenía los cojones pelados de repetirlo”.
·   Es importante el tamaño y la posición: “Tiene dos cojones grandes y bien plantados”.
·   Hay tamaño máximo no superable: “Tiene los cojones como el caballo del Espartero”.
·   Si se supera el tamaño máximo entonces indica torpeza o vagancia: “Le cuelgan los cojones”, “se pisa los cojones”, “se sienta sobre los cojones”, “necesita una carretilla para llevarlos”.
De todo tipo
·   La interjección, significa sorpresa: “¡Cojones!”.
·   Cuando uno se halla perplejo los solicita: “¡Manda cojones!”.
·   En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes: “Me sale de los cojones”.
·   La situación anatómica también expresa estado de ánimo: “Se me pusieron los cojones de corbata”.
·   Un compromiso ante circunstancias difíciles y la voluntad de superar adversidades queda muy bien expresada con: “Hay que echarle cojones”.
·   Los aires dictatoriales y autoritarios se ponen de manifiesto con: “Aquí no hay más cojones que los míos”.
·   Se expresa pasividad con la expresión: “Los cojones 33”.
En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de acepciones.
Veamos ahora el significado de algunas expresiones de uso cotidiano:
EXPRESIÓN
SIGNIFICADO
"Tiene dos cojones"
"Vale un cojón"
"Me importa tres cojones"
"Me costo 1000 pares de cojones"
"Aquella persona tiene cojones"
"Tiene cojones!"
"Puso los cojones encima de la mesa"
"Me corto los cojones"
"Me toca los cojones"
"Se toca los cojones"
"Tócate los cojones!"
"Acojonado"
"Descojonado"
"Cojonudo"
"Cojonazos"
"Me salió de cojones"
"Hacia un frío de cojones"
"Lo haré por cojones"
"Estoy hasta los cojones"
"Era un hombre sin cojones"
"Me quedaron los cojones morados"
"Tiene los cojones cuadrados"
"Tiene los cojones pelados"
"Cojones!"
"Manda cojones!"
"Me sale de los cojones"
"Le cuelgan los cojones"
"Se pisa los cojones"
valentía
caro
desprecio
dificultad
valentía
sorpresa
reto
apuesta
molestia
vagancia
sorpresa
miedo
cansancio
perfección
indolencia
éxito
cantidad
voluntariedad
aguante
cobardía
frío
valor
experiencia
sorpresa
perplejidad
voluntad y orden
torpeza
Vagancia
 Camilo José Cela trata abundantemente el tema a lo largo de nada menos que sesenta páginas en su Diccionario secreto. Allí se hallan abundantes digresiones sobre términos como chupar un cojón, tenerlos cuadrados, rascarse los cojones, etc. etc. Incluye también algunas poesías deliciosas, como:
Los cojones del cura de Villalpando,
les llevan cuatro bueyesy van sudando.
Otras reflexiones sobre algunas expresiones relacionadas con el tema:
Tocar (o tocarse) los cojones. La frase es un refuerzo escatológico de “tocar las narices”, con que claramente se expresan las ganas de molestar, pues, en efecto, tocarle a alguien las narices literalmente es incordiarle, enzurizarle. Algunos ejemplos:
En el siglo pasado se usaba la expresión “es un gilí” para referirse a alguien snob, extravagante o sin sustancia. Hay quien dice que la palabreja es una adaptación del inglés hi-li, abreviatura de high life, “vida confortable” (recordemos también la reciente hi-fi), con que se designaba a la gente bien; otros opinan que se trata de un derivado de la voz árabe ^yahil, “bobo, aturdido, ignorante”. En todo caso, el término ganó énfasis al ser reforzado con un innecesario “pollas”. Más tarde el vocablo, excesivamente grosero, ha retrocedido algo con el uso de gilipuertas.
Para comentar la velocidad excesiva de un coche, se decía antiguamente “iba a toda marcha”. El término se enfatizó posteriormente con “iba a toda leche”, e incluso he oído decir “iba a toda mierda”.
Por tanto, nada tiene de extraño que las narices sean sustituidos por los cojones en busca de una mayor fuerza en la expresión. A ello ayuda el uso de la palabra en un también innecesario plural.
Hacer algo por huevos. En realidad, la frase correcta es hacer algo por huebos, cosa que nada tiene que ver con los atributos sexuales, pues huebos deriva del latín opus, "necesidad”. Con ello, hacer algo por huebos significa “hacerlo necesariamente, inevitablemente”, y, por extensión, “hacerlo por fuerza”.
Acojonar. En realidad es una derivación de acollonar, “atemorizar”, palabra sin connotación grosera, pues deriva de a- y collón, “cobarde, pusilánime”, derivado del italiano coglione, que, ésa sí, procede del latín coleone, a su vez de colea, plural de coleo, “testículo”. Es una nueva muestra del fenómeno de la groserización de un vocablo.

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